LO MEJOR ES INGRESAR EN SILENCIO AL MUNDO PRIVADO DEL OTRO Y DEJARLO QUE SEA ÉL MISMO
NO ESTAMOS ESCUCHANDO CUANDO:
- Decimos que entendemos una situación aunque nunca la hayamos vivido.
- Decimos tener una respuesta para el problema sin dejar que la otra persona termine de expresarlo.
- Interrumpimos a la otra persona antes de que termine de hablar o le completamos sus oraciones.
- Estamos impacientes por tener la palabra nosotros en vez de dejar hablar al otro.
- Contamos nuestra experiencia con lujo de detalles, haciendo que la otra persona sienta que su problema no tiene importancia.
- Hablamos al mismo tiempo con más de una persona.
- Rechazamos el agradecimiento de la otra persona afirmando que no hicimos nada para merecerlo.
ESTAMOS ESCUCHANDO CUANDO:
- Realmente tratamos de entender lo que dice la otra persona, aunque se exprese con dificultad y enlazando frases que parecen no tener demasiado sentido.
- Entendemos el punto de vista del otro aún cuando vaya en contra de nuestras más sinceras convicciones.
- Nos damos cuenta de que el tiempo que le dedicamos a los problemas del otro nos ha desgastado también a nosotros.
- Dejamos que el otro tome sus propias decisiones con dignidad, aún cuando pensemos que puede estar equivocado.
- No le sacamos el problema de las espaldas a la otra persona, pero sí la dejamos que lo resuelva de la manera que prefiera.
- No le ofrecemos un consuelo religioso a la otra persona porque nos damos cuenta que no está lista o no es eso lo que busca.
- Le damos a la otra persona el espacio suficiente para que se dé cuenta por sí misma qué es lo que anda mal.
- Aceptamos la gratitud de la otra persona y le decimos cuánto bien nos hace saber que la pudimos ayudar cuando lo necesitaba.
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